El Imperio Británico se basó en la potencia, habilidad y audacia de sus fuerzas navales. De cuantos talentos han surgido en ese ámbito, se pueden destacar personajes como sir Francis Drake, o el capitán Cook, pero aún hoy se considera a lord Horacio Nelson, el marino por antonomasia.
Este insigne marino se batió en todos los mares: Córcega, Cabo S. Vicente, Abukir, Copenhague y Trafalgar, saliendo victorioso en todas ellas, ya que de hecho solo una de las pocas veces que fue derrotado fue en Santa Cruz de Tenerife, la noche del 24 de julio de 1797, Nelson desembarco en los muelles con un millar de hombres, pero fue recibido por tan vivo fuego desde los fuertes de la costa y desde los terrados de las casas, en cuya acción recibió un disparo de un cañón, (arma conocida como el “tigre”, que aun se conserva en el Museo Militar de Almeyda, en Santa Cruz de Tenerife), en el codo derecho , perdiendo la mitad del brazo y hubo de iniciar el reembarco de sus hombres , lo cual pudo convertirse en una gran catástrofe. El contralmirante inglés tuvo que entablar unas negociaciones que en realidad eran una capitulación.
El gobernador don Francisco Gutiérrez, que había dirigido con pericia la defensa de la isla, tuvo también el acierto de aceptar la propuesta por la cual el inglés se comprometía a no atacar jamás el archipiélago. En los tratos se manifestó esa exquisita cortesía que en el s. XVIII recordaba aún la caballerosidad medieval. El jefe español proveyó de víveres y medicinas a su ilustre enemigo y el inglés se comprometió a llevar él mismo a la península el parte de su adversario que se consignaba la derrota inglesa.
Tras su muerte (1805), Nelson alcanzó una celebridad que sólo el duque de Marlborough y el duque de Wellington han logrado tener en la historia británica. La monumental columna de Nelson y la plaza de Trafalgar, donde está situada, son lugares destacados en Londres hasta el día de hoy. Sin embargo, el monumento a Nelson en Dublín, Irlanda, fue destruido por una bomba que hizo explosión a las 2:00 de la mañana del 8 de Marzo de 1966, por un grupo de hombres pertenecientes al I.R.A., episodio en el cual no salió herida persona alguna, dado que la idea era precisamente acabar con la estatua.
Este insigne marino se batió en todos los mares: Córcega, Cabo S. Vicente, Abukir, Copenhague y Trafalgar, saliendo victorioso en todas ellas, ya que de hecho solo una de las pocas veces que fue derrotado fue en Santa Cruz de Tenerife, la noche del 24 de julio de 1797, Nelson desembarco en los muelles con un millar de hombres, pero fue recibido por tan vivo fuego desde los fuertes de la costa y desde los terrados de las casas, en cuya acción recibió un disparo de un cañón, (arma conocida como el “tigre”, que aun se conserva en el Museo Militar de Almeyda, en Santa Cruz de Tenerife), en el codo derecho , perdiendo la mitad del brazo y hubo de iniciar el reembarco de sus hombres , lo cual pudo convertirse en una gran catástrofe. El contralmirante inglés tuvo que entablar unas negociaciones que en realidad eran una capitulación.
El gobernador don Francisco Gutiérrez, que había dirigido con pericia la defensa de la isla, tuvo también el acierto de aceptar la propuesta por la cual el inglés se comprometía a no atacar jamás el archipiélago. En los tratos se manifestó esa exquisita cortesía que en el s. XVIII recordaba aún la caballerosidad medieval. El jefe español proveyó de víveres y medicinas a su ilustre enemigo y el inglés se comprometió a llevar él mismo a la península el parte de su adversario que se consignaba la derrota inglesa.
Tras su muerte (1805), Nelson alcanzó una celebridad que sólo el duque de Marlborough y el duque de Wellington han logrado tener en la historia británica. La monumental columna de Nelson y la plaza de Trafalgar, donde está situada, son lugares destacados en Londres hasta el día de hoy. Sin embargo, el monumento a Nelson en Dublín, Irlanda, fue destruido por una bomba que hizo explosión a las 2:00 de la mañana del 8 de Marzo de 1966, por un grupo de hombres pertenecientes al I.R.A., episodio en el cual no salió herida persona alguna, dado que la idea era precisamente acabar con la estatua.
En Santa Cruz de Tenerife, Horacio Nelson cuenta con una calle que se inicia en la Rambla General Franco a la calle Salamanca; calle en la que se localiza la Plaza Arquitecto Enrique Rumeu de Armas, la Iglesia del Sagrado Corazón, el Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife, y la Glorieta Estado de Virginia.
Vídeo: Fotos de la Gesta del 25 de Julio. Fotos tomadas en la representación de la Gesta del 25 de Julio de 1797 del año 2008.