"La Atalaya de Santa Brígida"
Gran Canaria
Como decíamos en la entrada de ayer, Cirilo Suárez Moreno... "En 1933 obtuvo la primera Medalla en el madrileño Salón de Otoño, por su obra, plenamente nuevorrealista, "Alfareras de La Atalaya". No obstante, la beca para estancia formativa en París y Florencia, jamás se materializó".
Precisamente, esta obra se contextualiza geográfica y socialmente con la zona de La Atalaya de Santa Brígida; según el blog "Mi Gran Canaria" "fue un antiguo poblado aborigen de cuevas, con casas excavadas en la roca de donde recibe su calificación como habitat troglodita, que aún algunas continúan habitadas.
Sus casas-cueva llevan protegiendo a los "talayeros" -como los lugareños quieren que les llamen- de las inclemencias del tiempo desde antes de 1483, fecha en la que finalizó la conquista de Gran Canaria, siendo uno de los poblados trogloditas más singulares del Archipiélago, del que constan muchas referencias retrospectivas fotográficas, así como relatos de viajeros famosos. Como en todos los poblados "del tiempo de los canarios", la confección y "guisado" de la cerámica aborigen sería una de las tantas labores habituales de sus ocupantes, pero no se tiene constancia que fuera una labor que sobresaliera entre las otras en este lugar.
La casa-cueva o vivienda troglodita fue una de las primeras construcciones populares usadas con especial incidencia en el agro canario. El empleo como hábitat de la cueva natural y artificial, además de la reutilización de las dejadas por los aborígenes, se ha prolongado durante siglos debido a sus condiciones térmicas, amplitud de espacio, escaso valor económico y, en algunos casos, la marginación social de sus grupos de moradores.
(FOTO: Horno y cerámica, 1925 - Maisch T Fedac).
Hasta el siglo XIX, en la isla el hábitat troglodita llegó a ser la residencia de aproximadamente un diez por ciento de su población. Además de La Atalaya, destacan los agrupamientos de casas-cueva en Artenara, Tara, Acusa, Cendro y Barranco Hondo".