"Los argonatutas" - Blasco Ibáñez
Santa Cruz de Tenerife
En la entrada de ayer veíamos, como el escritor valenciano don Vicente Blasco Ibáñez en el alño 1909 visitó la isla de Tenerife, como muestra la postal enviada a su amigo don Patricio Estévanez y Murphy a quien le dirige unas palabras haciendo mención de su paso por la isla.
Don Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867 - Menton, 1928) fue un escritor, periodista y político republicano, propulsor del naturalismo y del realismo. En torno a su figura y al periódico "El Pueblo", fundado y dirigido por él, se desarrolló en la ciudad de Valencia un movimiento político republicano conocido como "Blasquismo". Entre sus obras: "Arroz y Tartana", "La barraca", "Cañas y Barro", "Los cuatro Jinetes de la Apocalipsis", etc.
En el año 1909, decidió abandonar la política, emigrando a Argentina en busca de nuevos horizontes. En este viaje, su barco, el trasatlántico "Cap Vilano", hizo escala en Santa Cruz de Tenerife el 22 de mayo de 1909.
En el muelle fue recibido por personalidades del mundo de la cultura y de la sociedad chicharrera, que leyeron un manifiesto, emulando al leído durante la escala en Lisboa. Blasco Ibáñez permaneció ocho horas en Tenerife, visitando la Plaza de Weyler y por la carretra de La Laguna llegó a Guamasa desde donde contempló la belleza de El Teide.
De regreso a la capital insular, El Ateneo le hizo un almuerzo - homenaje en el Gran Hotel Quisisana. En medio del acto, don Benito Pérez Armas le dedicó unas elogiosas palabras, que fueron contestadas por Blasco Ibáñez en la misma tónica en medio de sonoros aplausos. Al oscurecer, fue despedido en el muelle por una multitud de personas arropadas por los acordes de la banda municipal.
Blasco Ibáñez prometió que escribiría un libro en el que dejaría clara la belleza de la isla de Tenerife y la esplendidez de sus gentes; promesa, que cumplió con la edición de su obra "Los argonautas" en el año 1914. Esta obra es un relato en el que un grupo de pasajeros de un trasatlántico, pertenecientes a diferentes niveles sociales y de distintas nacionalidades, hacen escala en Santa Cruz de Tenerife.
En "El escobillòn.com" se puede leer: "Tenerife. Miró Fernando por entre las cortinillas, y solo vio un mar azul y tranquilo: las aguas unidas y luminosas de una bahía en calma. La tierra estaba al otro costado del buque. Y como conocía la isla, por haber bajado a ella en anteriores ocasiones, volvió a acostarse para gozar despierto del regodeo de la pereza, mientras en los camarotes inmediatos chocaban puertas, se cruzaban llamamientos en distintos idiomas, y sonaba en los corredores un trote de gentes apresuradas, atraídas por el encanto de la tierra nueva".
Pasemos a leer algunos de los fragmentos descriptivos que hizo el escritor de
Santa Cruz de Tenerife:
(...) "Alzaba la vista en el fondo su escalonamiento de montañas volcánicas, con cuadriláteros de tierra cultivada moteados de blancas casitas. En la parte inferior, junto a la masa azul del mar, extendían las fortificaciones españolas sus viejos baluartes, rematados los ángulos por garitas salientes en piedra. La ciudad era de color rosa, y sobre ella se erguían los campanarios de varias iglesias con cúpulas de azulejos, Cuatro torres radiográficas marcaban en el espacio las líneas de su cuerpo casi inmaterial, dejando ver el cielo a través del férreo tramaje.
Más arriba de la ciudad, en una arruga de la montaña, ondeaba la bandera de un castillo moderno: un hotel elegante al que venían a respirar los tísicos septentrionales. Entre el muelle y el trasatlántico, un anchuroso espacio de bahía con gabarras chatas para el transporte del carbón abandonadas sobre el amarre y cabeceando en la soledad; vapores de diversas banderas, en torno de cuyos flancos agitábase el moviento de la carga con chirridos de grúas y hormigueo de embarcaciones menores; veleros de carena verde, que parecían muertos, sin un hombre en la cubierta, tendiendo en el espacio los brazos esqueléticos de sus arboladuras; rugidos de sirenas anunciaban una partida próxima y otros rugidos avisaban desde el fondo del horizonte la inmediata llegada; banderas belgas que en lo alto de un mástil iban a las desembocaduras del Congo; proas inglesas que venían del Cabo o torcían el rumbo hacia las Antillas y el Golfo de México; buques de todas las nacionalidades que marchaban en línea recta hacia el Sur, en busca de las costas del Brasil y las repúblicas del Plata; cascos de cinco palos descansando en espera de órdenes, de vuelta de la China, el Indostán o Australia; vapores de pabellón tricolor en ruta hacia los puertos africanos de la Francia colonial; goletas españolas dedicadas al cabotaje del archipiélago canario y las escalas de Marruecos". (...)
Enlaces de consulta:
1.- https://www.elescobillon.com/2014/07/santa-cruz-de-tenerife-visto-por-blasco-ibanez/
2.- https://www.santacruzdetenerife.es/web/noticias-y-agenda/noticias/detalle-noticia/110-anos-de-la-estancia-de-vicente-blasco-ibanez-en-santa-cruz-de-tenerife
3.- https://es.wikipedia.org/wiki/Vicente_Blasco_Ib%C3%A1%C3%B1ez
4.- https://racba.es/listado/estevanez-y-murphy-patricio/
FOTOS:
1.- Retrato de don Vicente Blasco Ibáñez.
2.- Santa Cruz de Tenerife, Plaza de Weyler, foto de la colección de Manuel Jesús Martín Martínez.
3.- Portada: "Los argonautas" de Blasco ibáñez.
4.- 1907-1909. Desembarcando en el muelle sur de Santa Cruz de Tenerife. Grúas Titan I y II. Tendido del tranvía. Alumbrado eléctrico y a gas del muelle. PROPIEDAD de MAnuel Jesús Martín Martínez.
5.- Santa Cruz de Tenerife. El muelle. 1908.Parte izquierda de una fotografía estereoscópica. Colección Hentschel.
6.- Santa Cruz de Tenerife, Gran Hotel Quisisana, principios siglo XX, con color. Grupo Facebook Fotos Antiguas de Tenerife.
7.- El muelle de Santa Cruz de Tenerife visto desde el castillo de San Cristóbal, principios siglo XX.